25 Ago 2017
Relato corto “Asociación el Calabozo 2017”. Ganador Categoría Infantil
RELATO CORTO «ASOCIACIÓN EL CALABOZO 2017»: CATEGORÍA INFANTIL
«UNA NOCHE ENTRE DINOSAURIOS», de Lucía García Tena
Por el cumpleaños de mi hermana, mis padres nos organizaron una sorpresa: ¡¡ir a Dinópolis!!
Al llegar nos tuvimos que poner una chaqueta porque empezó a refrescar y a nublarse. La verdad que no hacía muy buen día. Estuvimos jugando toda la mañana y nos montamos en casi todos las atracciones.
Nada más comer fuimos al museo paleontológico en el que aprendí muchas cosas. Al rato empezamos a oír cómo llovía. Cada vez se oía más y más fuerte porque afuera se montó una buena tormenta, con granizo y todo. Hubo un problema técnico en el edificio y no pudimos salir del museo.
Como había mucha gente encerrada como nosotros, nos tuvieron que colocar por zonas para dormir. ¡¡A mí me tocó al lado del esqueleto del T-Rex!!
Cuando ya todos se habían dormido, yo me levanté a beber agua y oí un ruido aunque no le dí importancia. Al cabo de un rato volví a oír el mismo ruido y me asusté un poco. Me levanté a ver qué era pero no conseguí ver nada. El ruido se oía cada vez más fuerte y no era la lluvia, era como de dos huesos chocando…
Pensé que podía ser un operario de Dinópolis arreglando algún desperfecto debido a la tormenta, pero al girar la cabeza y levantar la vista me dí cuenta de que el esqueleto del T-Rex había cobrado vida y se avalanzaba sobre mí…
Dí un salto morrocotudo, pegué un chillido que seguro se oyó al otro lado del planeta y eché a correr lo más rápido que pude. Giré la cabeza, ví que me seguía el T-Rex e intenté correr más rápido; me precipite a la sala siguiente, que era la del Aragosaurus y me percaté de que estaban en pie de guerra. El T-Rex entraba en la sala y se entablaba una descomunal batalla entre los dos dinosaurios.
¡Allí había mamporros, coletazos, patadas, gruñidos…! No sé quién saldría más maltrecho. Mi única idea era refugiarme en el rincón más recóndito de la sala y hacerme un ovillo para pasar desapercibida. Noté que ya se había calmado la pelea, pero oí unos pasos cerca de mí. ¡¡Levanté la vista y ví que la pata del T-Rex estaba a punto de aplastarme!!! Me coloqué los brazos sobre la cabeza para protegerme y pegué un grito… Oí risas y voces, abrí los ojos y ví toda la gente a mi alrededor que me miraba asombrada y sonriendo…
Resulta que me había quedado dormida en una silla y creo que había tenido una pesadilla paleontológica….