
01 Jul 2019
Anecdotario del GAIRE. 2019
Por PASCUAL HERRERA
En once ediciones del Gaire han pasado muchas cosas y me gustaría repasar alguna de las anécdotas que han rodeado al festival y que muchas veces no comentamos.
2013 Compañía La Córcoles (Girona)
Cuando la compañía La Córcoles envió en 2012 el vídeo de su espectáculo no me gustó nada. Se dio la casualidad de que actuaban en la Feria Umore Azoka de Leioa, a la que voy casi todos los años. Insistieron en que fuera a verlos, pero en las ferias coinciden cuatro o cinco espectáculos en un mismo horario y elegí ver otro. Llegó la Fira de Tàrrega, también estaban programados y su distribuidora insistía una y otra vez en que la viera. No quería decirles que el vídeo no me había gustado así que, el último día de la Fira, como no coincidían con ningún otro espectáculo, cedí.
El espectáculo duraba 30 minutos. Salí enamorado. ¡Qué espectáculo tan bonito, tan bien hecho! Actuaron en el Gaire en 2013. Desde entonces nunca me dejo llevar por la impresión de un vídeo: lo aparentemente bueno puede ser un peñazo y el vídeo más horrible puede ser un gran espectáculo.
Pero hay más: la actriz de La Córcoles vino con su padre. Me contó que insistieron mucho para venir porque, aparte de que les gustaba el festival, su abuelo era de Allepuz y era la excusa perfecta para visitar el pueblo al que nunca habían ido, ya que el abuelo emigró y vendió la casa y los campos. El domingo fueron a ver dónde nació, a hablar con los vecinos y conocer el pueblo que no conocían. Después enviaron un email dando las gracias al Gaire.
2015 Malabreikers y 2018 Circolos (Barcelona)
La compañía Malabreikers, un dúo de acróbatas, actuaba a las 13.00 horas del sábado en el Porchegao. Eran las 12.30 y uno de los acróbatas, que venía desde Madrid, ya había llegado, pero el otro, que viajaba desde Barcelona, todavía no. No contestaba las llamadas (hechas desde el teléfono fijo de casa, claro está), la plaza se comenzaba a llenar, llegó la hora y su compañero ya no sabía qué hacer. Cuando este estaba decidido a subir al escenario para disculparse y retrasar la función… ¡aparece el acróbata perdido! Se cambió de ropa y, sin calentar, actuaron. Recuerdo perfectamente que no vi el espectáculo completo ni lo disfruté debido al cabreo y los nervios que sentía.
Circolos actuó en las pistas en 2018. Eran cuatro artistas: tres de ellos llegaron muy puntuales y eran muy amables. Montaron su escenografía, hicieron pruebas de sonido… Todo correcto. Solo faltaba uno de los artistas que venía desde Córdoba.
Comenzó el espectáculo previo, que era el pasacalles de K de Calle y viene uno de los miembros de Circolos a contarme que no localizaban al compañero, faltaban 45 minutos y no había llegado.
En 2018 sí había cobertura así que lo acribillaron a llamadas, aunque sin respuesta alguna. Le pedimos a K de Calle que ralentizara su show para ganar algo de tiempo y llegamos a la pista con todo el público ya colocado. Veo que llega un tipo que me resulta conocido y otro miembro de la compañía, ya estaban todos; menos mal que los políticos que nos visitaron hicieron sus discursos dando tiempo a que el chico se cambiase y preparase. Cuando termina el show, hablando con ellos, me dice el impuntual: ¡Ya me pasó la otra vez, que llegué justo de tiempo! Entonces me percaté de que era el mismo acróbata perdido de los Malabreikers… Es común que un mismo actor/actriz trabaje con varias compañías… Yo, medio en broma, medio en serio, le dije que ya no volvía más, que yo era hipertenso.
2015 Compañía Acrobarouf (Bélgica)
Esta compañía belga Acrobarouf, que actuó por la noche en las pistas, ha sido posiblemente una de las actuaciones más espectaculares con sus saltos sobre la báscula. Terminaron de actuar sobre las 12 de la noche, desmontaron y la barra ya había cerrado olvidando guardarles unos bocadillos para cenar. Es extraño que alguna compañía quiera comer antes de actuar, sobre todo cuando es un espectáculo muy físico. La solución: José Ramón se los llevó a su casa a cenar longaniza, queso, conserva…
Aparecieron por la nave un buen rato después emocionados con la cena. Cuánto les gustaría aquella cena que tres semanas después me encontré a su mánager en la Feria de Huesca y lo primero que me dijo es que la compañía estaba muy agradecida…. ¡por la longaniza cruda! Longaniza a la que llamaban salchicha, por cierto. De hecho, uno de ellos no cumplió aquella noche con su dieta vegetariana.
2016 Compañía Sons de Toile. Zou! (Francia)
En este caso cometimos un “curioso” error ortográfico. El nombre de esta compañía traducido al español sería algo así como “sonidos de tela” o “sonidos de lona”. En el argot del teatro, la lona se refiere siempre al suelo, por lo que se refería a sonidos realizados en el suelo. Pues bien, en el programa y cartel pusimos Compañía Sons de Toilet. Solo añadimos una letra, la “t”: suficiente para que el significado cambie a “sonidos del inodoro”. Y nos dimos cuenta cuando la propia compañía se lo comentó a su guía, Elena Suárez.
2016 Sonido Vegetal (Granada)
Gran concierto el que disfrutamos en la nave con los sevillanos Sonido Vegetal. La historia es sencilla. La dj María Onefly terminó su sesión, recogió y, cuando se iba, descubrió al técnico de sonido del grupo Sonido Vegetal “indispuesto” debajo del escenario. El resto de la banda se había marchado dejándolo allí y María lo llevó a Zaragoza para que cogiera un AVE a Sevilla. Lo grave y cachondo de todo es que el grupo se dio cuenta de que no llevaban a su compañero cuando iban ya por Madrid. Según me contaron, iban todos dormidos y el conductor no se había percatado.
2017 El bastón de la vieja (Sevilla)
Este grupo de música, debía llegar a Pancrudo sobre las 21.00 horas para hacer las pruebas de sonido. Sobre las 14.00 llamaron preguntando si teníamos una batería, ya que yendo por Córdoba se habían dado cuenta de que se la habían dejado en el local de ensayo… Lo solucionaron llamando a otra banda amiga de Córdoba que les prestó la batería para no tener que volver a Sevilla, lo que hubiese supuesto un retraso de tres horas.
2018 K de Calle (Zaragoza)
Actuaban a las 12.00 horas con un espectáculo itinerante que comenzaba en el Porchegao. Llegaron a las 10.00 y al descargar el material se dieron cuenta de que no tenían el baúl del vestuario del espectáculo: ¡habían cogido otro! Tuvo que venir el hermano del director del espectáculo con su coche a traer el vestuario correcto. Me consta que no lo pilló ningún radar, pero probablemente batió el récord de tiempo en el trayecto Zaragoza-Pancrudo. A las 11.30 ya estaba en el Porchegao con cara de susto.
2014 Leandre y 2017 Eia (Barcelona)
Han sido las compañías que más nos ha costado contratar. Ambas son compañías muy reconocidas y premiadas en Europa y actúan por todo el mundo.
En el caso de Leandre, la única forma de convencerle fue contratarle dos actuaciones (mañana y tarde). Tengo que decir que, en mi opinión, es el mejor clown del mundo. Me gusta muchísimo y voy a ver sus espectáculos en todas las ferias a las que voy; para mí era muy especial que estuviera en Pancrudo. El actor tenía fama de “persona difícil” y yo estaba nervioso porque quería que estuviese a gusto y saliese todo bien.
Actuó por la mañana y salió todo bien. En el espectáculo de la tarde, en las pistas deportivas, abarrotadas de gente y a escasos minutos de dar comienzo el espectáculo, estábamos ambos detrás del escenario y le di las gracias por haber venido a Pancrudo y le dije que para mí era muy importante que él estuviese allí. Su respuesta me dejó paralizado: “¡Gracias a vosotros por invitarme y reconciliarme con la humanidad! ¡Lo que hacéis aquí es de verdad!”. Estos artistas tienen una forma muy peculiar y poética de expresar sus sentimientos y emociones, pero aquella frase me bloqueó y no llegué a presentar el espectáculo como tenía previsto.
En cuanto a la compañía Eia, vi su “work in progress” (muestra corta del espectáculo, que todavía está en proceso de creación) en la feria de Trapezi Reus en 2015 y me encantó. Hablé con ellos y les conté qué era el Gaire. Luego supe que uno de ellos era del mismo pueblo de Borja Ytuquepintas y le habían preguntado sobre el festival, la formalidad del pago, etcétera. Reservamos fecha para el 2017.
En el 2016, en la misma feria de Reus, ya tenían el espectáculo completo y vinieron a verlo Maite, Nuria, Claudia y Sonsoles. Les emocionó a todas y ya teníamos claro que tenían que venir al Gaire. Pero justo después les dan el Premio Max al mejor espectáculo del año, se dispara el precio y, tras muchos emails y llamadas, logramos que nos den un precio asumible, ya que llevábamos dos años tras ellos.
Actuaron en el día más frío del Gaire (sin contar el primer año). Les pusimos estufas dentro de la jaima: el termómetro marcaba 6º, con muchísima humedad cayendo sobre las estructuras de madera sobre las que tenían que hacer las acrobacias. Rebeca y yo secábamos con toallas y como podíamos las estructuras: un resbalón y el espectáculo se cancelaba, ya que se jugaban una lesión y, en consecuencia, la anulación de sus próximas actuaciones. Decidieron actuar y, si recordáis, expliqué en la presentación lo complicada que era aquella actuación. Lo pasé fatal, no lo disfruté porque como había visto el espectáculo, sabía que no podían hacer el 100% de las acrobacias por riesgo de caída. Al final todo salió bien y cada vez que coincidimos en las ferias me recuerdan la de Pancrudo como la actuación más difícil de sus vidas.
2013 Feria Umore Azoka (Leioa, Vizcaya)
Termino con una historia que no tiene nada que ver con ninguna compañía. En la feria UMORE AZOKA de Leioa en 2013 asistí a una mesa redonda de festivales europeos donde se hablaba de financiación, métodos de programar, etcétera.
Primero habló el responsable inglés de un festival de una semana de duración en Londres con motivo del 60º aniversario de la Coronación de Isabel II de Inglaterra. Contó minuciosamente que habían llevado unos caballos de Cádiz que levantaban las patas, bailaban con adornos… ¡por 1 millón de euros! El presupuesto total había sido de 6 millones de euros y no se debatió ni en los medios de comunicación ni entre la población: era dinero público y se aceptó.
Después le tocó el turno a una mujer que hacía un festival en Varsovia durante el mes de agosto: más de 300 actuaciones con un presupuesto de 7 millones de euros.
Tras ella, me tocó el turno: “Hola, mi nombre es Pascual Herrera. Soy de un pueblo llamado Pancrudo de la provincia de Teruel, en España. El pueblo tiene 60 habitantes en invierno y hacemos un festival de artes escénicas familiar, de libre acceso, durante un fin de semana. Vienen 4.000 personas y nuestro presupuesto es de aproximadamente 42.000 euros, incluyendo impuestos, apartado técnico, producción y programación. El programador inglés se giró hacia el moderador: “¿Ha dicho 60 habitantes?”. Y la programadora polaca: ¿400.000 euros o 40.000?. Revuelo en la sala, me hicieron decenas de preguntas y, ya en la calle, me pidieron tarjetas o contactos del festival porque tenían mucha curiosidad.
Esto es una muestra de que siempre hemos sido el festival “exótico” en las ferias. Ahora nos conocen en casi todas, pero al principio era divertido explicar qué era el Gaire. Algunas compañías que han estado en el Gaire, como CIA Capicúa, Borja Ytuquepintas, Fadunito, Boni o Xip Xap se han convertido en buenas embajadoras del festival: les hablan de nosotros a muchas otras compañías, porque vienen a un pueblo donde, a pesar de que los espacios y las infraestructuras son mínimas y limitadas, se les trata de forma amable y cercana, hay una persona pendiente de ellos, se les paga en la semana posterior al festival… Son cosas que las compañías valoran muchísimo; pero a mí lo que más me gusta que digan del Gaire y que repiten constantemente es que tiene un público muy bueno. Y cuando dicen esto se refieren a que somos un público muy respetuoso, agradecido y muy educado. Así que sigamos con esos valores.