Manifiesto por el ORGULLO RURAL

Manifiesto por el ORGULLO RURAL

En los últimos años oímos hablar cada vez más en los medios sobre despoblación y mundo rural. Miradas urbanas que analizan nuestra situación y proponen soluciones que, a nuestros ojos, son vacuas y desinformadas. Ajenas.

Es cierto que nuestros pueblos, ya de por sí pequeños, cada año pierden población. Mayores que fallecen y jóvenes que se van por una supuesta falta de futuro. Y los que quedamos, cada día más viejos (según las estadísticas) vamos viendo mermar los pocos servicios de que ya disponíamos. El autobús, que ahora solo pasa un día de cada dos. El banco, que ya sólo ofrece su oficina itineran-
te una vez al mes. La escuela, que cierra. El médico, que no sustituyen. La rueda de la despoblación está en marcha, como una apisonadora que quiere hacer de nuestra tierra un campo vacío de extracción, un páramo despersonalizado con riquezas ocultas que marchan mediante monstruosas estructuras a la capital. Un parque temático de fin de semana. Sin dejar nada a cambio.

El movimiento de Orgullo Rural no nace en ningún despacho de ninguna ciudad, ni es propuesta de ningún partido político: nace de las personas que en su día, y por decisión propia, decidimos vivir en el medio rural. Es necesario tomar conciencia del orgullo que sentimos habitando nuestros pueblos, nuestras calles y plazas, no tan vacías como dicen, pues estamos y vivimos aquí. Ocultos tras el velo de tristeza con el que les interesa mirarnos, sí, pero esa idea de soledad y desamparo está muy lejos de nuestro sentir. Vivimos aquí por deseo, por convicción y por cuantas razones se nos ocurran. Queremos proteger y poner de manifiesto nuestra diversidad y alegría de vivir. Nos quedamos porque hay vecindad, nos quedamos porque las gestiones de la vida diaria se desarrollan en un clima de familiaridad. Porque bulle la actividad, y si no, tenemos las ganas y la comunidad suficiente para inventárnosla. Disfrutamos de actividades lúdicas, culturales, deportivas y formativas, igual que en la ciudad. Necesitamos eliminar estereotipos negativos del medio rural, calles vacías y corrales hundidos en los medios de comunicación, que hacen flaco favor al mundo rural donde vivimos.

El mundo rural es necesario para garantizar los alimentos y las materias primas necesarias para el desarrollo de la sociedad, y es nuestro deber mantener y cuidar nuestros ecosistemas, nuestra cultura y nuestras raíces para salvaguardar el mundo en el que vivimos.

Vivimos aquí y queremos seguir viviendo aquí, ni en New York ni mucho menos en Madrid, observando el cielo y el cambio de las estaciones con nuestro Orgullo Rural.