El Rincón del Abuelo. Pascual Gómez y Adoración Ocón

El Rincón del Abuelo. Pascual Gómez y Adoración Ocón

Por Santiago Salvador Lahoz y Pascual Tolosa Sancho

En este apartado de la revista queremos rendir tributo a todas aquellas personas mayores, ofreciéndoles con una entrevista el respeto y admiración que se merecen, no solo por su edad, sino por toda una vida, en la mayoría de los casos, dedicada a Pancrudo.

Nuestros anfitriones van a ser Pascual y Adoración. El oficio de Pascual siempre ha sido el de pastor. Adoración estuvo sirviendo de joven en varias casas. Se casaron en Bañón el día 6 de Octubre de 1.945.

Pascual Gómez Andrés, nace el 10 de Mayo de 1.913, en Pancrudo, calle del Castillo nº 7.
Padre: Gregorio Gómez Burriel, natural de Pancrudo.
Madre: Paula Andrés Benedicto, natural de Las Cuevas de Portalrubio.

Adoración Ocón Hernández, nace el 11 de Septiembre de 1.913, en Bañón.
Padre: Joaquín Ocón Corbatón, natural de Rubielos de la Cérida.
Madre: Josefa Hernández Palasí, natural de Bañón.

Tras el buen recibimiento que tuvimos cuando fuimos a su casa, nos invitaron a tomar algunas cosas y en un ambiente muy distendido y alegre comenzó esta entrevista que esperamos nos ayude a todos a comprender mejor el pasado, el presente y el futuro venidero.

¿Cuál es el secreto para permanecer tan fuertes?. Tener buena salud, aunque no nos han faltado achaques. Yo, dice Pascual, tengo algo delicado el corazón y me han intervenido en tres ocasiones, aunque no del corazón. Para Adoración el principal problema es su reuma, hay días que le duelen mucho los brazos y casi no los puede levantar. Pero, a pesar de todo, para la edad que tenemos aun nos valemos para todo.

Como los dos padecemos de diabetes hay cosas que no podemos comer, «antes no comíamos algunas cosas porque no podíamos adquirirlas y ahora que sí podemos, no podemos comerlas por que nos lo impide la salud, vaya contradicción».

Nuestra dieta habitual es a base de pescado, pollo y carne. Al arroz también nos gusta mucho y para desayunar siempre un vaso de leche, a menos que nos quedemos sin ella alguna mañana debido al mal tiempo. Eso sí, todas las noches verdura (cuando se da la ocasión nos gusta ir a por berzas).

También nos hacemos un paseo diario si el tiempo no nos lo impide. Normalmente vamos hasta la balsa de la Tejeria o el Colladillo, o bien, hacia la Fuente Gimeno hasta donde nos parece, alguna vez llegamos hasta allí y nos echamos un trago de agua fresca.

Contarnos brevemente ¿cómo fueron vuestras vidas de jóvenes?. De pequeño, dice Pascual, yo he estado en Pancrudo, hasta que comenzó la guerra. Adoración estuvo en Bañón y algún año en Valencia.

Desde los doce años he trabajado de pastor en diversas casas. Primeramente trabajé en Portalrubio para los «pasiegos»; más tarde, en Pancrudo, para Collados y el tío Antonio Marzo. Luego en Cervera del Rincón en casa del tío Esteban y, posteriormente, en casa del tío Alejandro Marzo. Vino la guerra civil.

Los recuerdos más fuertes de esa época fueron, sin lugar a dudas, los años de la guerra, nos dice Pascual. Cuando se declaró, como decía anteriormente, yo estaba de pastor en Cervera del Rincón y me toco de ir a la Brigada Número 11 Internacional (en el lado de la República), allí casi todos soldados eran voluntarios extranjeros, la mayor parte alemanes. Estuve en el frente de Teruel y en el de Belchite. Más tarde nos cogieron prisioneros a mí y a seis más en La Puebla de Hijar, nos condujeron al Ayuntamiento y de allí a Zaragoza, posteriormente, a la cárcel de Bilbao (en la Universidad de Deusto) donde estábamos unos cuatro mil prisioneros. Dado que estaba en Cervera cuando explotó la guerra, desde la cárcel pidieron aval aquí en Cervera para saber si tenía tendencias políticas o similares. Las referencias fueron buenas y me sacaron de la cárcel enviándome a Burgos a un parque de artillería donde pesábamos y ensacábamos pólvora en bolsas de seda. Esta posteriormente, se destinaba para cargar bombas. Tiempo después me licenciaron y pude volver a Pancrudo al final de la guerra, entre Abril y Mayo de 1.939. Ya en Pancrudo, estuve un año de mediero en casa de la tía Engracia y, más tarde, marché a Bañón donde permanecí hasta el año 1.956 en que Adoración y yo volvimos a Pancrudo. Entre tanto, en el mes de Noviembre del año 1.940 me volvieron a llamar a quintas y estuve de nuevo en el ejército durante un año más.

Ya en Pancrudo, estuve de pastor nuevamente en casa de Collados y, más tarde, en casa de Fidel Lahoz. Luego en casa de José Lucas. Me jubilo a los 55 años por enfermedad. Corría el año 1.968.

Yo, cuenta Adoración, estuve en Bañón hasta los 14 años, Entre los 14 y los 19 años estuve de dependienta en una panadería en Alcira, un pueblo de Valencia, donde por las tardes ibamos a aprender a leer y escribir, especialmente a leer. Luego, mi madre enfermó y volví al pueblo. Durante una temporada, ya en periodo de guerra, estuve de sirvienta en la casa del tío Manuel Marzo, en Corbatón. Estuve un año en Pancrudo de sirvienta en varias casas y, posteriormente, bajé a Bañón.

Pascual, en tu oficio de pastor ¿qué vivencias recuerdas con mayor intensidad?. La vida de pastor no es muy atareada pero sí bastante esclava, dado que hay que sacar las ovejas al campo todos los días, haga frio o calor. También tiene una cosa buena y es que disfrutas de la naturaleza. Los días buenos da gusto estar en el campo oliendo a tomillo, «jadrea», espliego, etc., escuchando el canto de os «burlapastores» y viendo el horizonte limpio y azúl. No obstante, tiene días malos. Recuerdo que estando en Bañón, en una ocasión me pillo una «tronada» (hace unos 45 años) de agua y granizo, no era muy gordo, como «olivas», pero muy fuerte la tormenta ya que se formó una capa de granizo que cubría todo el suelo y se me mojaron los pies. Cogí un enfriamiento que me mantuvo de seis a ocho meses muy «fastidiado».

Ya en Pancrudo, allá por la partida de Cañapozuelo me pilló otra tormenta, ésta de agua, que me caló también bien. Seguramente alguna otra, pero ya no la recuerdo.

A lo largo de vuestra vida ¿qué cambios vividos consideráis como más importantes?. Tras unos segundos de reflexión, Pascual señala que el mayor acontecimiento fue la guerra civil y el cambio de Régimen que tuvo lugar a raíz de la misma. En segundo término, señala el cambio experimentado en el modo de vida de entonces a ahora, no falta la luz, hay teléfono, televisión, etc.

¿Qué opináis acerca de la Asociación Cultural y del día dedicado a plantar árboles?. Pensamos que las actuaciones que se hacen son positivas, ya que parece que la gente viene más al pueblo y eso da alegría, sobre todo para los que estamos aquí todo el año. Las plantaciones son una buena labor ya que con los años ha ido decreciendo en número de árboles on Pancrudo y todo ve un poco más desolado, Los árboles siempre dan leña (sin cortarlos por abajo) y alegría.

¿Os gusta leer, qué leéis?. Pascual: Poco, se me cansa la vista enseguida. Para escribir me defiendo bien. Adoración: A mi si me gusta leer, aunque también se me cansa la vista y tengo que dejar de leer al poco rato. Lee revistas, periódicos, lo que sea. Yo solo sé firmar.

¿Qué os parecen estos días de Semana Santa, nevando y haciendo un frio de invierno? (la entrevista se ha realizado durante la S.S. de 1.998). La verdad es que están siendo unos días muy malos, aunque para estas fechas el tiempo es muy incierto. Recuerdo, señala Pascual, que mis padres me contaban que cuando nevaba antes, que lo hacía de verdad, se podía pasar sobre la nieve de un lado al otro del barranco de Miguel Gimeno (subiendo desde El Prado hacia Las Lomas). Por las calles se hacían «trias» (pasillos) con trillos o con otros utensilios para poder transitar.

Tuvisteis una hija y un hijo, se murieron al nacer, ¿los echáis de menos?. Los echamos mucho de menos – se adelanta Adoración en contestar -. En estos tiempos no hubiesen muerto, si ahora los tuviésemos nos encontraríamos mejor, pero qué vamos a hacer.

¿Os habéis planteado marchar a une Residencia de Ancianos?. A veces si lo pensamos – contesta Pascual – sobre todo Adoración cuando se encuentra con dolores fuertes de reuma. A mí no me gusta mucho la idea – señala -. Mientras podamos permaneceremos aquí en Pancrudo y el día que no sea así, tendremos que ir a alguna Residencia.

Alguna anécdota para contar. La última vez que fuimos a Teruel de visita de médico (en Febrero) nos ocurrió lo siguiente: cuando vamos a Teruel tenemos que coger el autobús por la mañana en la carretera. Pues bien, el día de la visita, cuando bajamos a la carretera el autobús ya había pasado y no pudimos ir a Teruel. Lo que hicimos fue ir al día siguiente. Ya en la visita nos reprocharon el no haber ido en el día indicado. Les contamos lo sucedido y les costó entenderlo pero luego nos atendieron muy bien.

A la vuelta de la Residencia, andando por el Viaducto, Adoración cruzó de un lado al otro sin mirar y un motorista que pasaba poco más y la atropella, vaya susto que me dio. Y ella tan campante.