
01 Jul 2021
Minicrónicas de unas vacaciones en Pancrudo – Verano 2020
Por EVARISTO VALERO NUEZ (texto y fotos)
Estas vacaciones de verano tan raro y tan atípico lo empecé en Pancrudo el 9 de julio y lo terminé el 11 de septiembre. Prácticamente dos meses… donde brillaron por su ausencia las Fiestas, la Semana Cultural y el Gaire. El coronavirus lo presidió todo y dejó su huella…
Al llegar al pueblo la pregunta era obligada para los que no teníamos cobertura Vodafone y veníamos con el móvil preparado – ¿Ya funciona Movistar? Y la respuesta también – Pues todavía no…pero parece que la cosa está al caer (claro que esto ¡ya lo había oído tantas veces!). El hecho es que había dos operarios tirando cable por todo el pueblo… y según ellos en una semana acababan de hacerlo…
¡Qué alegría me llevé al ver al huerto de mi familia recobrar la vida que hacía años había perdido! Gracias a José Ramón, Laura y Mabi …Con el pozo limpio, las acelgas, los tomates, las zanahorias… volvieron a ocupar su espacio ya olvidado ¡ah! Y, por primera vez …, ¡el brócoli!
Otra agradable sorpresa fue el arreglo de la ermita de la Virgen del Pilar (Nuestra Señora del Pilar). Durante muchos años el estado del “atrio” de la entrada era un verdadero peligro pues parecía que se iba a caer de un momento a otro. Esta ermita de una sola nave rectangular, posiblemente del siglo XVIII, la hemos conocido muchos casi siempre cerrada. Claro que “algún curioso” sí que entró algunas veces cuando estaba medio llena de vigas de madera, montón de paja, y algún que otro escombro, para fotografiar paredes, suelo y techo.
Paredes con los escritos de los soldados que se refugiaron allí durante la guerra civil. Escritos difíciles de leer pues se les han superpuestos dibujos y rayotes de todo tipo.
El techo con los cuatro evangelistas oscurecidos por lo que supongo fue debido al humo de las hogueras que se hicieron allí dentro para paliar el frío… sin descartar algún conato de incendio.
Ahora con el arreglo y la restauración que aún queda, podremos contemplar con más detalle cómo era su interior y aclarar todo lo expuesto, un poco mejor. Viendo las fotos hay que reconocer que el cambio ha sido espectacular ¡otra ermita salvada de la ruina!
El 18 de julio pudimos disfrutar con la Revista Pancrudo. Silvia y ayudantes se las ingeniaron para poderlas repartir cumpliendo con las normas vigentes. Con el título de “Confinados, pero no aislados” llegó a nuestras manos el número 24 y fue una delicia leer los numerosos artículos que se publicaron. A destacar el gran número de colaboradores. Enhorabuena a la coordinadora, Verónica Rodríguez (que nos hubiera gustado saludar en Pancrudo y conocer a su hija Abril, pero no pudo ser) y al encargado del diseño, maquetación y edición, Óscar Muñoz.
Y llegaron LAS NO FIESTAS. Otros años podía hablar del pregón, la merienda de los mayores, la misa baturra, la procesión, la comida, la enhorabuena, las actuaciones…todo ello acompañado de las fotos pertinentes. ¡NADA DE NADA! Bueno, sí… gracias a Alberto y Carlos pudimos recordar que el día 22 de julio era La Magdalena. A mediodía bandearon las campanas y se puede decir que fue lo único que “se celebró” de las Fiestas de 2020. ¡Menos da una piedra!
Ya nos hubiera venido bien que hubiera pasado con el coronavirus (un demonio de hoy en día) lo que nos cuenta el evangelista Lucas (8, 1-2) “ Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios”…
“A falta de pan, buenas son tortas”. Buscando motivos positivos y agradables del verano 2020 uno de ellos fue el estado de las fuentes. Lo del Prao ya fue “de nota”. Salía agua por cinco sitios diferentes… que si la del Hambre, la del Estudiante…
Las que no suelen fallar nunca como LA MUELA, estaban que daba gusto verlas. Al cumplirse 20 años de mi publicación “Fuentes y Aguas de Pancrudo” me propuse volver a visitar todas y cada una de ellas, tomando fotos desde la misma posición, pero de eso ya hablaré en mi otro artículo “hace 20 años…o más”.
Una charla muy interesante, antes de acabar el mes de julio, la tuve con Flor Lahoz a raíz de las averiguaciones que había hecho sobre la construcción del actual cementerio y de la Iglesia. El artículo que publicó en la revista Pancrudo número 24 no tiene desperdicio, pero aún me quedé más sorprendido al escuchar todo lo que tuvo que hacer para conseguir la información sobre el tema. Recomiendo volver a leer el mencionado artículo, pues tiene una serie de matices, que con una segunda, o tercera lectura, se acaba de entender mucho mejor.
Consultas en el Ayuntamiento (ya sabemos que en la Guerra Civil se quemaron casi todos los archivos), el Archivo histórico y el Archivo diocesano de Teruel, el Gobierno Civil, el cementerio… hasta llegar al Archivo Diocesano de Zaragoza que es donde leyendo entre líneas y de una forma, a veces indirecta, más información encontró y que tuvo que “depurar” para poder plasmarlo en un artículo. Eso de que el 22 de octubre de 1606 (S. XVII) la cosa se puso más que seria con amenaza hasta de excomunión si no se empezaban las obras de una vez, nos da idea del poco entusiasmo que se había puesto hasta entonces… pero la cosa cambió al poner plazos con lo que se tenía que hacer antes de un año, antes de dos…
De rebote descubrir cosas sobre el cementerio antiguo y el nuevo. Otros detalles como que anteriormente había una Iglesia más pequeña, incluso otra ermita…en fin que yo creo que también es de “obligado cumplimiento” el releer el magnífico artículo de Flor.
Lástima no tener fotos del cementerio antiguo. Ahora es el parque infantil… pero antes de hacerlo y sabiendo lo que había sido ¡cualquiera cogía moras o cualquier otro fruto de los que asomaban por las paredes del mismo! Y no digamos pasar por allí la noche de los difuntos cuando la campana sonaba con un tañido … que “escarrufaba”… ¡tlin…tlan…tlin…tlan!
La “NO SEMANA CULTURAL”. Ni talleres, ni actuaciones, ni Día de la Bicicleta, ni Senderismo, ni Día Gastronómico… ¿y Noche del Ron? Pues no, pero sí… porque para recordarla “algunos” quemaron ron con conjuro incluido. Estaba claro que el mal a espantar era el coronavirus:
“Brujas, cuervos, pulgas, bosque oscuro…
este año no temáis por el conjuro.
Que estas llamas del ron quemen la “CO” de corona,
el “VI” de virus y la “D” de dolencia.
Que todo el coronavirus se abrase 19 veces
y al beber el ron quedemos libres
de este mal que nos acecha.
¡Que viva, cada uno en su casa,
La NOCHE DEL RON!”
En otras ocasiones, acabado el conjuro, solemos cantar canciones, además de las que nos va poniendo Pedro fruto de la participación en el Ronsongs. Se me ocurrió, poner un granito de arena interpretando la canción DE TERUEL NO ES CUALQUIERA, de Joaquín Carbonell y enviarla al grupo “Pancrudo”. Más tarde, Macarena la puso en la megafonía del Ayuntamiento como final del “Confinadas RonSongs” de este verano. De la eficacia del conjuro… ¡mejor no decir nada!
Para intentar mantener vivo el recuerdo de los días gastronómicos había pensado, si se hubiera celebrado, hacer una foto con los participantes de este año con el fondo de la Iglesia y el Castillo, ya que hicimos una en el 2000, otra en el 2010… y tocaba otra en el 2020. La idea era colocar lo más parecido posible a una serie de personas que posaban en las dos fotos anteriores, además del resto del personal, y así ver los “cambios” experimentados con el paso de los años.
La realidad es que todo quedó resumido en la foto que se me ocurrió al no poder hacer lo que estaba previsto. De todas formas, fue divertido el escuchar los comentarios de la gente que estaba en el bar al verme pasar con la olla. Para unos estaba claro que iba a hacer chocolate, para otros, caracoles… pero los dejé con la “mosca detrás de la oreja”…
El bar y la piscina, con restricciones, se mantuvieron abiertos prácticamente todo el verano. Los temas de conversación eran muy variados, pero siempre se repetía el mismo: el “maldito coronavirus” que si en Son del Puerto ha habido un caso, que si en Rillo, que si…esto que si lo otro. La televisión dando “el coñazo” todo el día con el tema “tropecientos mil contagiados, no sé cuántos muertos…” ¡vaya manera de animar al personal! En mi opinión una cosa es informar tres veces al día ¡que ya vale! Y otro que “chin, chan, chin chan” como metiéndote el dedo en el ojo continuamente…
Creo que los encargados del bar y la piscina lo hicieron muy bien . Desinfectando mesas, sillas, contenedores… y llamando la atención a algún despistado con el tema de la mascarilla.
Hubo días que no se podía entrar al interior del bar, pero el buen tiempo hizo que en la calle se estuviera de maravilla a la sombra del propio bar o de los árboles de enfrente. La campanilla en la ventana exterior para hacer los pedidos, junto al gel desinfectante son fiel imagen de la situación.
Los paseos hacia la Virgen de La Palma, hacia el Cacinarro, hacia el Morteruelo, hacia Rillo…se convirtieron en habituales y prácticamente a la misma hora y con las mismas personas. Cada uno según sus posibilidades. Lógicamente, los más andarines alargaban las caminatas hacia lugares más lejanos. Un sitio nuevo que visitar, pues el verano anterior aún no estaba terminado, fue el llamado “PASEO BALSA DEL COLLADO” en el término de Rillo y poco antes de llegar a La Masada “Fuembuena”.
Como se puede leer en el panel explicativo “Con el fin de recuperar un espacio natural se ha procedido a encauzar el agua sobrante de la denominada balsa de Fuembuena hasta la balsa del Collado; el objetivo ha sido que la balsa del Collado permanezca siempre con agua suficiente para que las diversas especies de animales autóctonos y de paso puedan disponer de agua para su subsistencia.
Por otro lado, aprovechando la canalización se ha colocado goteo para el riego de la plantación de árboles que se ha realizado. El objetivo de la plantación es convertir en un paseo medioambiental el camino que une las dos balsas”.
También se informa en el panel sobre las especies vegetales de la zona como acacia, chopo cabecero, encina. Y de las especies animales autóctonas como la codorniz, la perdiz, el zorro común… incluso del jabalí y del tejón.
Desde Pancrudo se puede ir por la carretera o, si se prefiere camino, por la Fuente de El Sombrerico. El recorrido es muy llano y agradable. Cuando yo fui la balsa estaba llena de pequeñas ranas y de alguna que otra culebra. Un agua limpia y cristalina.
En todos estos paseos brillaban por su ausencia las picarazas (parece ser que ahora se ven más cerca de las ciudades), los burlapastores (hace tiempo se solían ver, entre otros sitios, por Cañapozuelo)… ¿qué ha pasado?… y hasta era más difícil ver las cabras como otros años. ¿Y las moras? Pues muy pocas, ¿las lendrinas? Quitando algunas cerca del río… estaban desaparecidas en combate ¡pobre pacharán! Lo que sí brillaban en todo su esplendor eran las bizcotas y los calambrujos…
¿Y azarollas? Para poder ver un árbol lleno de este fruto tuve que darme un paseo hasta Portalrubio y cerca del cementerio sí que pude contemplar dos ejemplares bien llenos de azarollas como hacía tiempo no había visto.
Los pocos manzanos que hay en el pueblo tampoco dieron manzanas. Parece ser que cuando estaban en flor heló dos o tres días y ahí se acabó el futuro de la producción de este año. Menos mal que la cosecha de trigo fue de esas que los agricultores dicen que “aún va… podía haber sido mejor”, que traducido quiere decir que fue una buena cosecha.
La lluvia tuvo su momento estelar el día 14 de agosto. En Pancrudo cayeron 40 litros en unas tres horas… y en la zona de Corbatón y Alpeñés más de 80 litros, que ocasionaron varios desperfectos especialmente la pista que une Corbatón con Alpeñés, que quedó intransitable, con el asfaltado para el arrastre.
Un día así pone a prueba los tejados. Si alguno se había olvidado de las goteras ahí tuvo la ocasión de comprobar cómo andaba el tema en su casa. Más de uno ya empezó a pensar cómo las tenía que arreglar ¡vaya fastidio!
Los días iban pasando poco a poco. Los bandos anunciando la presencia de vendedores se aprovechaban para recordar el tema de la mascarilla: “Se venden pijamas, batas, sujetadores, bragas, fajas, pantalones de hombre, calcetines… en el Porchegao. Asimismo, se recuerda la necesidad de guardar la distancia y el uso de mascarilla”.
El Concurso de Fotografía salió adelante. La Asociación Cultural El Calabozo recibió 42 fotografías, de 12 autores. En la votación participaron 78 personas y las tres fotos ganadoras fueron:
1º Premio “REMANSO”. ALBERTO NOVELLÓN
2º Premio “CONFINADA”. ALBERTO NOVELLÓN
3º Premio “POR ALLÍ RESOPLA”. RAÚL TENA
El Concurso de Relatos también se pudo salvar “online”. Los ganadores del cuarto certamen de relato corto “Asociación Cultural El Calabozo de Pancrudo 2020” quedó así:
Tema: Confinados por la pandemia.
– Categoría infantil: “CORONAVIRUS“, de Carlota Tena Suárez.
– Categoría adulta: “LA PERSIANA“, de Andrés Vicente Gimeno García.
El mes de agosto llegaba a su fin muchos veraneantes ya habían vuelto a sus lugares de residencia habitual, las calles volvían a quedarse vacías por momentos, la piscina se despedía hasta el próximo verano… y Movistar seguía sin tener cobertura ¡parecía misión imposible!
Llegó el día 03/09/2020 y ocurrió lo que ya parecía un milagro. Sobre las 13 h. empezaron a entrar SMS en los que teníamos Movistar. La señal de cobertura aparecía y desaparecía…hasta que sobre las 20:50 h. la cobertura se estabilizó y ya podíamos llamar y recibir llamadas… ¡vaya parto más largo!
Terminadas mis vacaciones volví en barco a Mallorca. Hasta el momento parecía que nos habíamos librado del Coronavirus maldito. Eso sí, llegó la noticia del fallecimiento de Joaquín Carbonell el 12 de septiembre…a él también le tocó. Todavía recordábamos su actuación el 4 de agosto del verano anterior, en Portalrubio acompañado a la guitarra por José Luis Arrazola. Allí pudimos disfrutar algunas de sus canciones (compuso más de 150 que se dice pronto) y, entre ellas, “De Teruel no es cualquiera”. Su faceta de cantautor, poeta, periodista…quedará en nuestra memoria.
Ya llevaba más de un año celebrando su 50 aniversario desde que empezó a actuar en escenarios y en 2019 también recibió la Medalla de oro a toda su trayectoria.
En Portalrubio, entre canción y canción, nos iba contando anécdotas de tan larga trayectoria y lo contento que estaba de poder actuar en escenarios tan reducidos. Precisamente su última actuación fue casi un año después en otro pequeño pueblo, Grisel, de la provincia de Zaragoza.
Durante años nos acostumbramos a oír su nombre junto al de José Antonio Labordeta y La Bullonera. Cantautores aragoneses que han marcado una época.
Si el 12 de septiembre fallecía Joaquín Carbonell, ya unos días antes se empezó a hablar de algún positivo de coronavirus en Pancrudo. El fin de semana que hubiera sido el de El Gaire parece que el número aumentó considerablemente…. la mayoría asintomáticos.
Cuando el verano acababa, casi como esperando a su último día nos enteramos que Gaspar había fallecido a consecuencias del covid 19. La noticia me dejó de piedra. Recordaba que fue la última persona de la que me despedí al volver a Mallorca. Al pasar con el coche salió a la puerta de su corral y con una gran sonrisa me dijo “Bueno, Evaristo hasta el verano que viene… ya me seguirás contando cosas de las islas”. Siempre lo recordaré como mi “wikipedia pancrudina” que, junto a alguno de sus allegados, llamábamos “Wasparipedia” pues con su experiencia y su conocimiento de la vida no dejaba de sorprendernos año tras año. Este año quiero acabar mis crónicas con una foto de hace unos años suya, su sonrisa, sus ovejas… y PANCRUDO.
¡VIVA PANCRUDO!